martes, 16 de octubre de 2012

Recursos Energeticos de Argentina

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La energía es fundamental para el desarrollo económico de un país y para el bienestar de su población. Forma parte del instrumental económico pues se la requiere para activar todo tipo de maquinaria o herramienta y, aunque no se incorpora materialmente a los bienes o servicios producidos, tiene incidencia en los costos de producción. Además es un bien de consumo final que se utiliza para el confort humano (iluminación, calefacción, refrigeración, etcétera).

En la Argentina existen variados recursos energéticos:


4 cuencas petrolíferas y gasíferas (las de carbón son de poca relevancia);

4 ríos caudalosos como el Paraná y el Uruguay y otros que no son de tanto caudal pero sí con gran pendiente, como los ríos del Sistema del Desaguadero que descienden de la cordillera de los Andes y los ríos de las Sierras Pampeanas, son aprovechados para energía hidroeléctrica;

4 grandes superficies áridas y semiáridas con alta heliofanía (mayor intensidad de la luz solar) como la región de Cuyo, las Sierras Pampeanas, la Puna y la cordillera Oriental, ideales para la utilización de la energía solar;

4 áreas con vientos constantes y de gran velocidad como la Patagonia, donde ya se produce energía cólica (por la acción del viento);

4 extenso litoral patagónico con amplitud de mareas que se podría utilizar para energía mareomotriz;

4 áreas con actividad volcánica como en Neuquén, en los volcanes Copahue y Domuyo, y otras localidades cercanas a la cordillera donde se aprovecha en reducidas proporciones la energía geotérmica (calor interno de la Tierra);


En la actualidad, el desafío es reemplazar las fuentes tradicionales provenientes casi todas de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), que no son renovables o son de difícil recuperación, por las energías alternativas que tienen las ventajas de ser inagotables y no contaminantes del ambiente. Sin embargo, presentan el inconveniente de la alta inversión inicial necesaria para la construcción de la infraestructura de la producción de energía (paneles solares como se usan en San Juan y Mendoza o molinos de viento como los del Parque Eólico Antonio Morán, en Comodoro Rivadavia) Por este motivo aún son poco utilizadas, aunque después su costo de funcionamiento es bajo ya que utilizan recursos naturales como el Sol, el viento, etcétera.

El sector de energía eléctrica en la República Argentina sufrió un profundo cambio en el marco de la Reforma del Estado a partir de 1990, cuando se impulsó la transformación del mismo mediante el paso al sector privado de las empresas públicas y la privatización de las etapas de exploración, extracción y exportación de los recursos energéticos, que en su mayor parte fueron tomadas por empresas extranjeras.


Los combustibles fósiles

Los combustibles fósiles son el carbón, el petróleo y el gas natural. En la casi totalidad de la producción de energía técnica se utiliza el petróleo crudo y el gas natural. Las cuencas sedimentarias argentinas con recursos petrolíferos y gasíferos actualmente en producción son cinco: Noroeste, Cuyana, Neuquina, Golfo de San Jorge y Austral. En nuestro país, la explotación y el transporte del gas natural y del petróleo, así como las refinerías, están en manos del sector privado, siendo en su mayor parte capitales extranjeros.

La extracción de Petróleo crudo y gas natural creció enormemente desde su privatización. La extracción del gas natural pasó de algo menos de 30 millones de centímetros cúbicos en 1990 a 50 millones de centímetros cúbicos en 1998. Lo mismo ocurrió con el petróleo crudo que pasó de 20.000 millones de centímetros cúbicos a alrededor de 37.000 millones de centímetros cúbicos en dicho período.

Las exportaciones de combustibles a los países limítrofes aumentaron desde la integración del Mercosur; especialmente a Chile, como consecuencia de la construcción de ductos (oleoducto o gasoducto). Por ejemplo, el oleoducto trasandino construido entre Puerto Hernández (provincia del Neuquén) y el puerto chileno de Concepción y el gasoducto NorAndino en el norte del país.



Energía Hidroeléctrica



En Argentina, las mayores obras de infraestructura para utilizar este tipo de recurso y obtener energía, se encuentran en la cuenca del Plata y son de carácter binacional: ya que la represa de Yaciretá se encuentra sobre el río Paraná, compartida con nuestro país limítrofe, Paraguay; y la represa de Salto Grande, compartida con Uruguay sobre el río del mismo nombre.



Sin embargo, no son las únicas, también tenemos otras represas importantes situadas en áreas montañosas y otras sobre los ríos que se alimentan de deshielo como ser el caso de los Reyunos en Cuyo y el Chocón, Alicurá, Arroyito y Futaleufú en la Patagonia, entre otros.



Pese a contar con estas obras, nuestro país aprovecha reducidamente este tipo de energía con respecto a la magnitud del recurso. Siendo además el mismo, autorrenovable y no contaminante al medio ambiente.

Pese a que es un bien de consumo final utilizado para el confort humano, la energía es de vital importancia para el desarrollo económico y para la satisfacción de las necesidades de la población de un país. Y aunque no se la incorpora materialmente a los bienes o servicios producidos, forma parte del instrumental que se necesita para activar las maquinarias y herramientas en cualquier producción.



En Argentina, encontramos diversos recursos energéticos. Por ejemplo, las cuencas petrolíferas y gasíferas; los ríos caudalosos como el Paraná y el Uruguay y otros que son importantes por su pendiente y no por su caudal, como los ríos del Desaguadero descendientes de la Cordillera de los Andes y los ríos de las Sierras Pampeanas, todos ellos empleados para la producción de energía hidroeléctrica.



También contamos con grandes superficies áridas y semiáridas con alta heliofanía, es decir, con mayor intensidad de la luz solar, para la utilización de la energía del sol. Tal es el caso de la región de Cuyo, las Sierras Pampeanas, la Puna y la cordillera Oriental.




Otro recurso energético es la acción del viento, llamada energía eólica, propio de áreas como la Patagonia, en donde los vientos son constantes e intensos. En este lugar, junto al litoral marítimo, encontramos la amplitud de las mareas que se podría utilizar para la energía mareomotriz.



Y por último, nos encontramos con áreas con actividad volcánica, como en Neuquén, en los volcanes Copahue y Domuyo, y otras localidades cercanas a la cordillera donde se aprovecha en reducidas proporciones la energía geotérmica, es decir, el calor interno de la Tierra.



Actualmente, nuestro país desea superar un gran desafío, el de reemplazar las fuentes tradicionales como el carbón, petróleo y gas natural (combustibles Fósiles), por aquellas energías alternativas que tienen las ventajas de ser inagotables y no contaminantes para el medio ambiente, ya que las primeras y de las que dependemos para cualquier actividad diaria, son recursos no renovables o dicho de otra manera, son fuentes de energía difíciles de recuperar.



Sin embargo, no son muy utilizadas estas alternativas ya que su inconveniente mayor es la alta inversión inicial necesaria para la construcción de dicha infraestructura de producción de energía. Como es el caso de los paneles solares utilizados en San Juan y Mendoza, o los Molinos de vientos como los del Parque Eólico Antonio Morán, en Comodoro Rivadavia.



A partir de la década de 1990 y en el marco de la Reforma del Estado, el sector de la energía eléctrica en la República Argentina, también sufrió un cambio. Impulsado su transformación mediante el paso del sector privado de las empresas públicas y la privatización de las etapas de exploración, extracción y exportación de los recursos energéticos, en su mayoría fueron tomadas por empresas que no eran pertenecientes a nuestro país.

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